Envolver al bebé es una práctica que existe desde hace siglos, pero siempre se ha cuestionado si esta técnica debe o no utilizarse. Envolver a un bebé con una manta, implica restringir el movimiento de sus extremidades. Su objetivo es ayudar al bebé a sentirse seguro y protegido, imitando el abrazo y la presión del vientre materno. Mientras que algunos padres y cuidadores dan mucho valor a envolver a los bebés, otros lo consideran anticuado e innecesario. ¿Cuál es la respuesta? ¿Está bien envolver al recién nacido? Y si es así, ¿cuándo hay que dejar de hacerlo?
Destacados:
● Envolver al bebé es la práctica de utilizar una manta para arroparlo firmemente e imitar la sensación de estar en el útero. ● Envolver al bebé puede proporcionarle comodidad, seguridad, ayudarle a calmarse y a conciliar el sueño. ● Los inconvenientes de envolver al bebé incluyen un mayor riesgo de problemas de cadera porque obliga a las piernas a permanecer rectas. ● Si decides envolver a tu bebé, asegúrate de hacerlo de forma correcta y segura. ● La Academia Americana de Pediatría recomienda dejar de envolver al bebé a los dos meses. |
Ventajas de envolver al bebé
Si tenemos en cuenta los efectos fisiológicos de envolver al bebé, tiene mucho sentido. Envolver estrechamente a los bebés para proporcionarles comodidad y seguridad puede ayudar a tranquilizarlos, calmarlos y promover el sueño. Esto especialmente efectivo para los bebés con cólicos o con problemas neurológicos. También puede ayudar a los bebés a aprender a dormirse y a permanecer dormidos boca arriba, que es una posición vital para los bebés debido al riesgo de SMSL (síndrome de muerte súbita del lactante). A pesar de estos claros beneficios, envolver al bebé no es para todo el mundo, y se pide a los padres y cuidadores que tengan cuidado al utilizar esta técnica. Si no se practica con cuidado, puede haber algunos riesgos importantes.
Inconvenientes de envolver al bebé
Uno de los inconvenientes más notables de envolver al bebé es que puede aumentar el riesgo de displasia de cadera porque obliga a las piernas a permanecer rectas y evita que se doblen hacia arriba y afuera en las caderas. Los expertos en sueño y los pediatras también advierten del peligro de envolver a un bebé demasiado apretado o flojo. Un cobertor demasiado flojo puede presentar riesgos de asfixia si la manta se mueve hacia la cara mientras el bebé duerme. Uno demasiado apretado puede impedir el control de la cabeza, lo que puede ser peligroso si se pone al bebé de lado o boca abajo. Siempre hay que evitar poner a un bebé de lado o boca abajo para dormir, pero esto puede ser especialmente peligroso si el bebé está envuelto en una manta.
¿Envolver o no envolver al bebé?
Infortunadamente, no hay una respuesta definitiva a la vieja pregunta de si se debe o no se debe envolver al bebé. Una vez más, el objetivo es proceder con precaución. Si crees que tu niño puede beneficiarse de la sensación relajante de un cobertor, asegúrate de que utilizas la técnica de envolverlo correctamente y de que lo haces de forma segura. Si tu bebé parece estar contento sin la ayuda de una manta, no hay necesidad de probarlo si no es necesario.
¿Cuándo dejar de envolver al bebé?
La Academia Americana de Pediatría recomienda dejar de envolver a los bebés a los 2 meses. Los bebés suelen empezar a darse la vuelta alrededor de los 4 meses, por lo que es importante dejar de envolverlos mucho antes de que eso ocurra. Muchos padres y cuidadores comienzan a envolver a sus bebés debido al reflejo de Moro, también conocido como reflejo de sobresalto. Este reflejo se produce cuando los recién nacidos se sienten atraídos por nuevos estímulos, como un ruido o una luz brillante, y estiran los brazos y las piernas, lo que puede impedir un sueño reparador para algunos recién nacidos. Sin embargo, a medida que el reflejo de Moro desaparece gradualmente, los bebés también aprenden a tranquilizarse por sí mismos, lo que les facilita conciliar el sueño sin estar envueltos.
Al final, es importante recordar que envolver a los niños no está bien ni mal, sino que es simplemente una técnica reconfortante que puede utilizarse si se desea.